¿Alguna te quedaste atrapado en un problema, sobre un tema desconcertante que pareció permanecer por siglos sin llegar a ninguna parte … pero repentinamente la respuesta bajó de la nada como un rayo?
Todos hemos experimentado un “momento ¡ajá!”. Una claridad repentina o epifanía mágica que sientes cuando una nueva idea o perspectiva aparece en tu cabeza como de la nada.
Satisfacción y cambio #
Ahora, una nueva evidencia de la investigación de imágenes cerebrales muestra que estos destellos de perspicacia no solo son satisfactorios, sino que en realidad remodelan la forma en que tu cerebro representa la información y ayudan a grabarla en la memoria.
Dirigido por investigadores de la Universidad de Duke y las universidades de Humboldt y Hamburgo, en Alemania, el trabajo tiene implicaciones para la educación, sugiriendo que fomentar los “momentos eureka” podría ayudar a que el aprendizaje se extienda más allá del aula.
Si tienes una experiencia de ajá al resolver algo, “en realidad es más probable que recuerdes la solución”, dijo Maxi Becker, primer autor y becario postdoctoral de la Universidad Humboldt en Berlín.
Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature Communications.
En el estudio, los investigadores utilizaron una técnica llamada imágenes po resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) para registrar la actividad cerebral de las personas mientras intentaban resolver unos acertijos visuales. Los acertijos requerían que “llenaran los espacios en blanco” de una serie de imágenes de dos tonos con un detalle mínimo, utilizando su percepción para completar la imagen e identificar un objeto del mundo real.
Estos ‘rompecabezas’ con imágenes ocultas sirven como sustitutos, o preámbulos, a pequeña escala para momentos eureka más grandes. “Es solo un pequeño descubrimiento lo que estás haciendo, pero produce el mismo tipo de características que existen en eventos de insight más importantes”, dijo el autor principal, Roberto Cabeza, profesor de psicología y neurociencia en Duke.
Por cada acertijo que los participantes pensaban que habían resuelto, los investigadores preguntaron si la solución simplemente apareció en su conciencia en un destello de perspicacia repentina, o si la resolvieron de una manera más deliberada y metódica, y qué tan seguros estaban de su respuesta.
Los resultados fueron sorprendentes.
Los participantes tendían a recordar las soluciones que les llegaban en un destello de perspicacia, mucho mejor que aquellas a las que llegaban sin esta sensación de epifanía. Además, cuanto más convicción sentía una persona sobre su percepción en ese momento, más probable era que la recordara cinco días después cuando los investigadores les renovaran la pregunta.
“Si tienes un ‘momento ¡ajá!’ mientras aprendes algo, casi duplica tu memoria”, dijo Cabeza, quien ha estado estudiando la memoria por 30 años. “Hay pocos efectos de memoria que sean tan poderosos como este”, dijo.
Una serie de cambios en el cerebro pueden hacer que las personas tengan una mejor memoria para “los momentos ¡ajá!”, según hallaron los investigadores.
Descubrieron que los destellos de perspicacia desencadenan un estallido de actividad en el hipocampo del cerebro, una estructura enterrada profundamente en el lóbulo temporal que desempeña un papel importante en el aprendizaje y la memoria. Cuanto más potente sea la información, mayor será el impulso.
También encontraron que los patrones de activación en las neuronas de los participantes cambiaban una vez que detectaban el objeto oculto y veían la imagen bajo una nueva luz, particularmente en ciertas partes de la corteza occipito-temporal ventral del cerebro, la región responsable de reconocer los patrones visuales. Cuanto más fuerte sea la epifanía, mayor será el cambio en esas áreas.
“Durante estos momentos de claridad, el cerebro reorganiza la forma en que ve la imagen”, dijo Becker, quien realizó el trabajo en el laboratorio de Cabeza.
Por último, las experiencias más fuertes de “¡ajá!” se asociaron con una mayor conectividad entre estas diferentes regiones del cerebro. “Básicamente, las diferentes regiones se comunican entre sí de manera más eficiente”, dijo Cabeza.
El estudio actual analizó la actividad cerebral en dos momentos específicos en el tiempo, antes y después del momento eureka en el que fuimos iluminados por la conciencia. Como siguiente paso, los investigadores planean observar más de cerca lo que sucede durante los pocos segundos intermedios que permiten a las personas finalmente ver la respuesta.
“El conocimiento es clave para la creatividad”, señaló Cabeza. Además de arrojar luz sobre cómo el cerebro encuentra soluciones creativas, los hallazgos también respaldan el aprendizaje basado en la indagación en el aula.
“Los entornos de aprendizaje que fomentan la comprensión podrían mejorar la memoria y la comprensión a largo plazo”, expresaron los investigadores.
Esta investigación fue financiada por la Fundación Einstein de Berlín (EPP-2017-423, RC) y por la Fundación Sonophilia.
CITA: #
“Insight Predicts Subsequent Memory via Cortical Representational Change and Hippocampal Activity,”, Maxi Becker, Tobias Sommer, Roberto Cabeza. Nature Communications, 9 de mayo de 205. DOI: 10.1038/s41467-025-59355-4