Los investigadores anunciaron la participación en el estudio mediante visitas presenciales a ferias de bebés, distribución de folletos en guarderías, centros preescolares y hospitales de parto locales, y un anuncio en la radio pública de New Haven, Connecticut. Las iniciativas de reclutamiento en línea se dirigieron a grupos de redes sociales para futuros padres y padres primerizos, así como a comunidades en línea relacionadas con la educación infantil temprana. Los requisitos del estudio exigían que todos los participantes tuvieran un teléfono inteligente para poder comunicarse y completar encuestas en línea en inglés, además de ser el cuidador principal del bebé. El estudio se realizó con 110 cuidadores y sus bebés, que tenían un promedio de casi 4 meses de edad. La mayoría de los cuidadores eran de Estados Unidos y Nueva Zelanda, predominantemente blancos, con educación y de clase socioeconómica privilegiada.
Los participantes del estudio fueron asignados aleatoriamente al grupo de intervención o al grupo control. La parte principal del estudio duró seis semanas, comenzando con una prueba previa en la primera semana, seguida de una intervención de cuatro semanas y una prueba posterior en la sexta semana. Los cuidadores del grupo de intervención completaron un breve programa de enriquecimiento musical a través de teléfonos inteligentes para ayudarles a cantarles con más frecuencia a sus bebés (mediante el acceso a videos instructivos con canciones infantiles). A lo largo del estudio, los participantes completaron encuestas en teléfonos inteligentes de una a tres veces al día, informando sobre el estado de ánimo, el estrés, la calidad del sueño y el uso de música de los bebés y los padres.
SRCD: ¿Pueden proporcionarnos una breve descripción general del estudio? #
Equipo de autores: Realizamos un ensayo controlado aleatorio para evaluar si una intervención musical sencilla y de bajo costo (que alentaba a los cuidadores a integrar activamente el canto en las rutinas diarias con sus bebés) podría mejorar el bienestar tanto de los bebés como de los cuidadores. El estudio incluyó a 110 parejas de cuidadores y bebés, principalmente de Estados Unidos y Nueva Zelanda (con bebés de unos 4 meses de edad en promedio). Los participantes fueron asignados aleatoriamente a un grupo de intervención o a un grupo de control. Durante la intervención de 4 semanas, se animó a los participantes del grupo de intervención a cantarles a sus bebés más de lo habitual. Medimos cómo este cambio de comportamiento influiría en el estado de ánimo, el estrés, el sueño y el comportamiento musical de los bebés mediante breves encuestas basadas en teléfonos inteligentes que los cuidadores completaron en momentos aleatorios durante el día. Nuestro principal hallazgo fue que la intervención aumentó con éxito la frecuencia del canto dirigido a los bebés, especialmente en contextos relajantes, y produjo mejoras mensurables en el estado de ánimo general de los bebés, según lo informado por los cuidadores.
SRCD: ¿Aprendieron algo que les sorprendió? #
Equipo de autores: Un hallazgo interesante fue la forma intuitiva en que los cuidadores incorporaron el canto en rutinas relajantes para sus bebés, a pesar de que la intervención no les indicó explícitamente que usaran el canto para este propósito. Entre una docena de estrategias relajantes, el canto fue la única que mostró un aumento significativo en su uso después de la intervención. Desde una perspectiva metodológica, un resultado particularmente alentador fue el alto nivel de cumplimiento del protocolo del estudio: los cuidadores completaron más del 70% de las encuestas durante el período de 10 semanas, lo que demuestra la viabilidad de este enfoque para futuras investigaciones sobre el desarrollo. Este sólido cumplimiento respaldó nuestra decisión de seguir adelante con un estudio longitudinal a más largo plazo, que actualmente está en curso.
SRCD: ¿Pueden explicar cómo esta investigación podría ser útil para padres, cuidadores y pediatras? #
Equipo de autores: Nuestros hallazgos sugieren que alentar a los padres y cuidadores a cantarles a sus bebés con más frecuencia puede tener un impacto positivo y causal en el estado de ánimo del bebé. Cantar es una práctica universal: los padres de casi todas las culturas y a lo largo de la historia han usado intuitivamente el canto para calmar y conectar con sus bebés. Es fácil de hacer, no requiere equipo o capacitación especial y es accesible para todos. Debido a que el estado de ánimo del bebé está estrechamente relacionado con el estrés de los padres, el vínculo entre el cuidador y el bebé y el desarrollo socioemocional posterior, una intervención tan simple podría tener beneficios significativos posteriores. Para los pediatras y profesionales que trabajan con familias, recomendar un mayor canto dirigido a los bebés es una estrategia práctica y accesible para apoyar el bienestar infantil.
SRCD: ¿Pueden exponer algunas de las limitaciones de la investigación? #
Equipo de autores: Hay varias limitaciones que destacar. En primer lugar, nuestra muestra fue predominantemente blanca, con un alto nivel educativo y con ventajas socioeconómicas, y estaba compuesta principalmente por madres, lo que limita la generalización de los hallazgos a poblaciones más diversas. En segundo lugar, todos los datos sobre el estado de ánimo de los bebés se basaron en informes de los cuidadores; aunque estos informes se recopilaron en tiempo real para reducir el sesgo de memoria, siguen sujetos a posibles sesgos de informe. En tercer lugar, la intervención fue relativamente breve y de baja intensidad; intervenciones más largas y estructuradas podrían producir efectos más amplios, incluso en el estado de ánimo de los cuidadores u otros resultados de salud. Por último, la música ya formaba parte habitual de las rutinas de muchas familias al inicio, lo que puede haber limitado el tamaño del efecto observable de la intervención.
SRCD: ¿Qué sigue en este campo de investigación? #
Equipo de autores: A pesar de que la intervención duró sólo cuatro semanas, observamos claros beneficios para el estado de ánimo del bebé. Esto sugiere que los efectos positivos de cantarles a los bebés pueden ser aún más pronunciados con intervenciones a más largo plazo y de mayor intensidad, y también pueden extenderse al bienestar del cuidador y a otros aspectos de la salud del bebé más allá del estado de ánimo. Basándonos en estos hallazgos, actualmente estamos realizando dos estudios de seguimiento. El primero es una réplica directa de nuestro estudio original, pero con materiales de intervención de mayor calidad desarrollados profesionalmente y diseñados para ayudar a los padres a cantar más a sus bebés. Esto nos permitirá determinar si la mejora de los recursos puede aumentar la eficacia de la intervención.
El segundo es un ensayo longitudinal aleatorizado que sigue a las familias durante ocho meses. En este estudio, comparamos tres intervenciones activas: canto (música más interacción activa entre padres e hijos), escuchar música (música sin interacción activa) y lectura (sin música, pero con interacción activa), además de un grupo de control general. Este diseño nos ayudará a desentrañar las contribuciones únicas de la música, el canto y las actividades interactivas a los resultados de los bebés y sus cuidadores. Pueden encontrar más información sobre esta investigación en curso en Together We Grow.
Funding #
Esta investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH-Estados Unidos), la Royal Society of New Zealand, la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) y la Universidad de Princeton (Estados Unidos).
- El artículo Ecological Momentary Assessment Reveals Causal Effects of Music Enrichment on Infant Mood (Una evaluación ecológica momentánea revela los efectos causales del enriquecimiento musical en el estado de ánimo infantil) fue publicado en la revista Child Development. Autores: Cho, E. (Yale University), Yurdum, L. (Yale University and University of Amsterdam), Ebinne, E. (Yale University), Hilton, C. (Yale University and University of Auckland), Lai, E. (University of Auckland), Bertolo, M. (Yale University and McGill University), Brown, P. (University of Auckland), Milosh, B. (Donald and Barbara Zucker School of Medicine at Hofstra/Northwell), Sened, H. (Princeton University), Tamir, D.I. (Princeton University), and Mehr, S.A. (Yale University and University of Auckland). Copyright 2025 The Society for Research in Child Development. All rights reserved.