El ministro de Salud, Mario Kohan, explicó que con este paso “estamos en condiciones de asistir a los pacientes que sufren un evento isquémico cerebral agudo, con un abordaje diagnóstico-terapéutico estandarizado y con acceso a un medicamento específico, la tenecteplasa, que salva vidas y reduce secuelas”.
Kohan recordó que en Argentina se produce un ACV cada cuatro minutos y que el 85% de los casos son de origen isquémico. Es la segunda causa de muerte en adultos mayores y la primera causa de discapacidad permanente adquirida en adultos. Sin embargo, según los registros, menos del 10% de los pacientes acceden al tratamiento trombolítico dentro de la ventana terapéutica adecuada, que es de 4,5 horas desde el inicio de los síntomas.
“Cada minuto sin tratamiento implica la pérdida de aproximadamente 1,9 millones de neuronas. Por eso decimos que es una emergencia temporal que debe tratarse en las primeras horas”, afirmó el ministro.
Y explicó que el abordaje comienza en el primer nivel de atención, donde los equipos de salud, al consultar a un paciente y ante ciertos síntomas o signos que pueden ser percibidos tanto por la persona afectada como por sus familiares, aplican la Escala de Cincinnati. Esta herramienta permite la detección rápida de signos neurológicos que conducen al diagnóstico de accidente cerebrovascular isquémico, que puede manifestarse con asimetría facial, alteraciones en el movimiento de brazos o piernas y dificultades del lenguaje. Si el resultado es positivo, se activa de inmediato el Código ACV 365 y se inicia el traslado urgente del paciente al hospital más cercano con un tomógrafo. En el hospital receptor, que puede ser el Hospital de Alta Complejidad René Favaloro en Santa Rosa, el Centro de Asistencia Gobernador Centeno en General Pico, el Padre Buodo en General Acha, el Luisa P. de Pistarini en Victorica, el Hospital Jorge Ahuad en 25 de Mayo y el Hospital Virgilio Tedín Uriburu en Realicó (que trabaja en coordinación con el subsector privado), se realiza una tomografía computarizada cerebral sin contraste.
“A través de la telemedicina —añadió—, el personal médico contacta con un equipo de neurólogos que garantizan guardia las 24 horas del día, los 365 días del año. Con la aprobación del especialista y tras confirmarse el diagnóstico de accidente cerebrovascular isquémico, se administra tenecteplasa, un fármaco de alto costo recientemente introducido al país y que ya está disponible en los hospitales mencionados. La administración de este fármaco se realiza por vía intravenosa en 15 segundos al paciente, en el mismo establecimiento de salud, siempre dentro de la ventana terapéutica de 4,5 horas desde el inicio de los síntomas.
Kohan afirmó que con ACV 365 “estamos ante un programa que replica la lógica de Cardio 365, garantizando atención inmediata y especializada en casos de ACV. Fortalecemos la equidad dentro de la Red: atendemos a todos los pacientes; si no son contribuyentes, la Provincia se hace cargo, y si tienen obra social, prepaga o contribuyente, se realiza la recuperación correspondiente. Es una estrategia que, con el apoyo de la telemedicina, permite dar respuesta en un territorio tan extenso y con baja densidad poblacional como La Pampa. En patologías donde cada minuto es decisivo, contar con una Red Provincial de Atención que garantice el diagnóstico y tratamiento oportunos en el lugar es esencial para preservar la vida y la calidad de la atención de nuestros pacientes”.
Por su parte, Matías Köhler, neurólogo del Programa 365 de Accidentes Cerebrovasculares, señaló que el “el accidente cerebrovascular (ACV) es una enfermedad de gran prevalencia, principalmente relacionada con la patología arterial. El daño vascular se produce por la acumulación de grasa y la obstrucción arterial, consecuencia de cuatro factores de riesgo principales: hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia (colesterol alto) y tabaquismo. Cada uno de ellos, incluso de forma aislada, puede ser suficiente para desencadenar un ACV. La prevención requiere controlar estas enfermedades crónicas y promover el abandono del hábito tabáquico. Sin embargo, cuando se presenta el evento, lo más importante es reconocer los síntomas de inicio repentino para consultar a tiempo, que se manifiestan con debilidad facial con caída de la comisura labial, pérdida de fuerza en el brazo o la pierna de un lado del cuerpo y dificultad repentina para hablar o comprender. Ante cualquiera de estos signos, es fundamental la consulta inmediata en el primer nivel de atención”.
En cuanto al fármaco utilizado una vez confirmado el diagnóstico mediante tomografía, «el tratamiento trombolítico, que se recibe una vez activado el ACV 365, con el que se disuelve el coágulo, solo puede administrarse en un plazo máximo de cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas. Por eso —dijo Köhler— decimos que el tiempo es el cerebro: cada minuto perdido implica la muerte de millones de neuronas, y eso se traduce en la calidad de vida del paciente».
“La tenecteplasa, un fármaco recientemente incorporado al país, es hoy el trombolítico de elección para el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico. Su eficacia y seguridad están respaldadas por evidencia científica internacional, y su administración en un único bolo intravenoso permite ganar tiempo crucial en la atención. La decisión de implementarlo exclusivamente en el Programa ACV 365 optimiza recursos, agiliza los protocolos y garantiza mejores resultados para los pacientes”, afirmó Köhler.
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